6 junio 2018
Ya lo advertíamos por aquí. Todo puede cambiar, pero para ello no solo tiene que llover mucho y de forma continuada, sino que también importa dónde llueve. Si llueve en la cabecera, mucho mejor para las posibilidades de embalsamiento. Pues bien, nuestra suerte fue completa. No solo llovió mucho, sino que la distribución territorial de las precipitaciones también nos benefició.
Así, a finales de mayo, la precipitación media de toda la cuenca en lo que iba de año hidrológico ascendía a 575 l/m2, siendo la zona más lluviosa precisamente la cabecera, en Jaén, donde se han recogido más de 1.000 l/m2, así como la zona de la sierra norte de Sevilla y Huelva. Por el contario, los valores más bajos (por debajo de los 350 l/m2) se han registrado en la cuenca del río Guadiana Menor, en Granada, lo que se ha visto reflejado en la cantidad de recursos acumulados en embalses como el Negratín o Francisco Abellán.