17 abril 2020
Sin duda, la de la década de los 90 ha sido la sequía más feroz que hemos tenido recientemente. Ya en el presente siglo, en tres años, hemos tenido dotaciones por debajo de los 3.000 m3/ha que se anuncian para la presente campaña. Así, en 2006 regamos con 2.600 m3/ha. En 2007 la dotación bajó a 2.200 m3/ha. Y en 2008 regamos con 2.500 m3/ha. Tras esos tres años de sequía y escasas aportaciones a los embalses, un otoño-invierno húmedo de finales de 2008 y principios de 2009 dejó los embalses a más del 50% al inicio de la campaña y permitieron unas dotaciones menos restrictivas.
Eso sí, con respecto a esos tres años, las cosas han cambiado mucho en nuestra comunidad y el escenario es radicalmente diferente a causa de la modernización. De hecho, sería la primera restricción severa que afrontaríamos con las instalaciones modernizadas... ¿Y qué supone eso?
De entrada, al ser un circuito cerrado, tenemos un mayor y mejor aprovechamiento de agua, que en estos años pasados ya se ha traducido en un ahorro medio del 20% en el consumo. Estamos, por tanto, mejor preparados para las restricciones porque somos más eficientes. Por otro lado, hay también una mayor capacidad para controlar los riegos y por tanto para garantizar un reparto más justo. Ojalá en todo caso, tengamos abundantes lluvias en lo que queda de primavera y no haya necesidad de comprobar cómo se comporta el sistema en una situación de dotaciones tan restrictivas como las anunciadas.