- Evita que las malas hierbas crezcan alrededor de las plantas, lo que reduce la competencia por el agua y los nutrientes. Esto permite que las plantas absorban de manera más eficiente el agua presente en el suelo.
- Actúa como una barrera física que evita la evaporación excesiva del agua del suelo. Al mantener la humedad en el suelo durante más tiempo, se reduce la necesidad de riego frecuente.
- Lógicamente, también ofrece protección al suelo, manteniendo la estructura del suelo y evitando la erosión causada por el viento y la lluvia. Al mantener el suelo en buenas condiciones, se mejora su capacidad para retener el agua y nutrir las plantas.