20 enero 2020
Las lluvias de diciembre, en los días previos a la Navidad, trajeron alegría y esperanzas renovadas para los regantes, además de agua y aportaciones para los embalses. En concreto más 770 hectómetros cúbicos en todo el ámbito de la Cuenca del Guadalquivir, de los que más de 500 fueron a parar a la Regulación General, del que se nutre nuestra Comunidad. Sin embargo, esas aportaciones están muy lejos de ser suficientes, hasta el punto de que nuestro sistema se encuentra en situación de alerta. Para que nos hagamos una idea, el año pasado, por estas mismas fechas, cuando ya se hablaba que la situación hidrológica era muy preocupante y se daba por probable un escenario de restricciones, los embalses de la regulación general se encontraban al 46,4%. En el momento que se escriben estas líneas, están al 39%. Dicho de otra forma, estamos peor que el año pasado cuando solo unas casi milagrosas lluvias de abril salvaron la campaña y evitaron dotaciones muy restrictivas.
Es por tanto momento de bajar el balón al suelo, como suele decirse, y recordar que la situación hidrológica invita a la prudencia y a una planificación de cultivos responsable y acorde a un escenario de posibles restricciones. Las lluvias de diciembre mejoraron la situación, pero no han cambiado de forma sustancial la situación. Para esta semana se esperan precipitaciones en la Cuenca, y esperemos que sean importantes, pero a pesar de todo debemos seguir siendo muy prudentes ante un año, que según parece indicar, se presenta complicado para los regantes.