29 marzo 2023
La evolución de los cultivos permanentes continuará en esta próxima campaña manteniendo la tendencia que ha seguido en los últimos quince años, en la que destacan poderosamente el incremento de la superficie dedicada a cítricos, que por primera vez rebasa las 8.000 hectáreas, y el de los almendros, que rebasará las 500 hectáreas. Caen en cambio los frutales, aunque siguen no obstante por encima de las 1.000 hectáreas, y la alfalfa, que desciende 80 hectáreas hasta llegar a las 214 hectáreas. Olivar, hortícolas, viveros y palmeras se mantienen.
En general, los cultivos permanentes suben hasta las 10.869, representado el 57% de toda la superficie regable y confirmando así la evolución desde la entrada en servicio de las nuevas infraestructuras ejecutadas en el proyecto de modernización. Recordemos que en 2009 representaban sólo un 46,4% de la superficie regada, con 8.790 ha., y, catorce años después, suponen ya el 57%, con 10.869 ha. Lógicamente, y en contraste, los cultivos no permanentes, con menos rentabilidad y más condicionados por las restricciones, han perdido protagonismo, pasando de representar 10.154 ha. (el 53,6%) a suponer 8.075 ha. (el 43%).
En pocas palabras, y tras incrementar su peso relativo en más de diez puntos, los cultivos permanentes están un poco por encima de donde estaban los no permanentes hace una década. Y viceversa. Las tornas se han cambiado.