17 febrero 2020
Coincidiendo con la reciente celebración del Día Mundial de los Humedales, que se celebró el pasado 2 de febrero, desde la Comunidad queremos recordar y poner en valor que nuestras balsas pueden llegar a contar con una superficie total de lámina de agua próxima a las 60 hectáreas, por lo que constituyen durante todo el año una importante área para las aves. Se trata de un entorno ideal donde reponer fuerzas y alimentarse, lo que nos deja estampas tan hermosas como la que reproducimos en las imágenes que acompañan a esta noticia.
La migración es uno de los fenómenos naturales más espectaculares del mundo, y las aves son verdaderas especialistas en este “arte”, como lo demuestran los millones de individuos que se desplazan de norte a sur y viceversa cada año buscando disponibilidad de alimento. Este fenómeno viene condicionado por la bajada de temperaturas, y es por lo que llegan a recorrer miles de kilómetros, cruzando montañas, estrechos y, para las especies transaharianas, su última y más peligrosa barrera: el desierto del Sáhara. Estos movimientos se dividen en etapas, pudiendo tardar más de un mes, pues se detienen durante el camino. Por ello, las aves deben parar a descansar y alimentarse para que el viaje llegue a culminarse, y qué mejor sitio que nuestras balsas y sus entornos. Con razón se dice que la naturaleza es sabia.
Garzas reales, ánades, cormoranes, zampullines, cigüeñuelas y moritos son un testimonio vivo y cotidiano en nuestra zona regable y conforman el mosaico natural de la biodiversidad y medio ambiente.
Durante la primavera y el otoño tiene lugar la migración más conocida y cuando se concentran en nuestras balsas un mayor número de especies de aves. Invitamos, pues, a todos nuestros comuneros, a los amantes de la naturaleza y de la fotografía, a deleitarse con las imágenes que nos regalarán las inminentes fechas primaverales.