7 diciembre 2021
Llevamos tres años con dotaciones limitadas por la falta de precipitaciones y de aportaciones en los embalses. Esta última campaña, con restricciones muy duras, del 50%. A falta de una pluviometría favorable en los primeros meses del año hidrológico, no nos queda otra que depositar nuestra esperanza para lo que le queda al último mes del año, y desear que sea un diciembre como el de 2009.
Según describe AEMET, ese año resultó ser de precipitaciones prácticamente normales en su conjunto, pero solo porque en diciembre llovió lo que no había llovido el resto de año. A fecha 30 de noviembre las precipitaciones medias acumuladas desde enero estaban en torno a un 20% por debajo de su valor medio. Pero diciembre lo cambió todo y la precipitación media en España en el conjunto del año prácticamente igualó su valor normal. Las lluvias fueron especialmente abundantes en la segunda quincena, que resultó ser extremadamente húmedo en la mayor parte del cuadrante sureste peninsular; sobre todo en el sur de Andalucía, sur de Murcia y sureste de Castilla la Mancha así como en zonas del Sistema Ibérico donde la precipitación acumulada superó el triple del valor normal del mes.
Después de ese mes de diciembre pasado por agua, tuvimos la suerte además de que 2010 resultó, según el informe de AEMET de ese año, de húmedo a muy húmedo en la mayor parte de España, especialmente en el tercio sur y en los archipiélagos de Baleares y Canarias. La precipitación media en España excedió en más de un 30% al valor medio normal. La mayor parte de esta anomalía positiva de precipitaciones se acumuló durante los meses invernales (enero, febrero y diciembre). Con todo ello, los embalses de la Cuenca dejaron atrás el período de sequía que fue 2006, 2007 y 2008, donde estuvimos constreñidos a duras restricciones, con una situación hidrológica similar a la que presente la Cuenca en el momento actual. El reverso negativo de aquellas lluvias tan intensas es que dificultaron mucha la puesta en funcionamiento de las nuevas infraestructuras tras el gran proyecto de modernización.
Ojalá empiece a llover intensamente ahora como lo hizo en aquella segunda quincena de diciembre de 2009. Unas Navidades pasadas por agua serían una auténtica bendición del Cielo.