30 septiembre 2021
Los análisis mediante uso de termografía y vibraciones, a los que se someten todos nuestros equipos de bombeo, cuadros y conexiones eléctricas de nuestra Comunidad, se están revelando cada vez más importantes, dado el progresivo envejecimiento de nuestras infraestructuras de riego.
Parece que la modernización de nuestra Zona Regable acabó ayer, pero la realidad es que han pasado ya doce años desde su inauguración oficial. Y gracias al mantenimiento predictivo podemos predecir posibles fallos y defectos en elementos de la instalación antes de que aparezcan de forma repentina, contando así con suficiente tiempo para hacer la planificación y las correspondientes acciones correctivas, desplazándolas fuera de la campaña de riegos, bajo condiciones controladas que minimizan los tiempos muertos y el posible efecto negativo sobre el servicio.
El último informe que tenemos sobre la mesa nos advierte, por ejemplo, de la necesidad de algunas sustituciones de rodamientos, problemas de alineación, acoplamientos y reapriete de conexiones... En algunos casos, procedemos al reemplazamiento inmediato de los elementos, en otros simplemente nos avisa del progresivo desgaste y nos aporta información para planificar la renovación, aumentando con todo ello la fiabilidad de nuestros activos e instalaciones.