21 julio 2020
Como hemos venido informando, durante este año hemos realizado una experiencia pionera: el desarrollo de una cubierta vegetal bajo los módulos fotovoltaicos que ocupaba tres de las quince hectáreas disponibles. Llegado el verano, hemos procedido al desbroce de las misma, que ya en estas fechas se encuentra seca. Se pretende con este desbroce, evitar riesgos de incendios que pudieran afectar a la instalación, y favorecer el rebrote de la misma con la llegada del otoño, con la diseminación de sus semillas.
Las fotografías que acompañan a estas líneas muestran que esa cubierta vegetal se ha revelado útil y efectiva en relación con algunos de los beneficios que se le atribuían. Así, ha logrado efectivamente una mejora de la estructura del suelo, reducción de la erosión, aumento de la infiltración y control sobre las escorrentías, aspectos fundamentales en terrenos “desnudos” como estos. Se ha traducido también en una reducción del polvo en suspensión, que, al depositarse sobre los paneles, disminuye su capacidad de generación de energía, y en un aumento de la biodiversidad presente en el entorno, no sólo en el suelo, sino en la propia cubierta, sirviendo de refugio a insectos auxiliares y fauna.