29 mayo 2019
La puesta en funcionamiento de la planta solar fotovoltaica cerrará el círculo virtuoso de la modernización de nuestra zona regable, diez años después de su terminación. Cuando acometimos este gran proyecto de transformación, una de las cuestiones que más se debatieron fue la contención de los costes energéticos. Gracias a las características topográficas y agronómicas de los suelos de nuestra zona regable, el sistema de riego por gravedad puede desarrollarse de manera muy eficiente, por lo que la idea entonces era desarrollar una actuación que permitiera la mejora de la eficiencia en la distribución, pero sin obligar a los comuneros a regar por goteo.
Fieles a esta idea, durante estos años hemos funcionado con un régimen de explotación de las estaciones de bombeo en dos fases diferenciadas (presión mínima para riego por gravedad durante doce horas al día, de 8 de la mañana a 8 de la tarde; y presión para riego por goteo durante las doce horas restantes), lo que ha permitido contener los costes energéticos y equilibrar las necesidades de todos los regantes de la zona.
La entrada en servicio de la planta fotovoltaica llega justamente en el momento en el que el sistema de riego por goteo empieza a ser mayoritario en la zona, y supone la culminación de la modernización, al posibilitar el máximo aprovechamiento de las instalaciones sin la limitación temporal de la explotación por fases.