16 octubre 2017
Aunque a día de hoy no descartamos nada, la realidad es que la Orden de nuevas ayudas al Regadío presentadas el pasado 5 de octubre no parece estar hecha a la medida del proyecto de eficiencia energética que tiene encima de la mesa nuestra Comunidad. Ni del nuestro ni de ningún otro proyecto verdaderamente relevante de autoproducción de energías renovables.
A pesar de que la Orden contempla hasta un 60% de financiación para este tipo de proyectos, el tope máximo establecido de 500.000 euros hace este porcentaje completamente irrelevante. Para un proyecto como el nuestro, cuyo presupuesto se elevaría a los seis millones de euros, el tope máximo supone limitar las ayudas públicas por debajo de un 10% de la inversión total.
En cualquier caso, no se trata de una limitación que deba preocupar sólo al Valle. En general, para todas las Comunidades de gran tamaño y para todos los proyectos de cierta envergadura –sin duda los que más retorno ambiental pueden tener- la limitación es la misma, por lo que mucho nos tememos que la Orden no servirá para los fines que se propone.
A esto hay que añadir la dotación presupuestaria total para este año es de 400.000 euros y que, tras tres años de retraso, el plazo que se ha concedido a las comunidades para presentar sus proyectos es de… ¡un mes! En un mes, las comunidades han de presentar el proyecto técnico y la aprobación de sus respectivas juntas generales… ¡No nos lo ponen demasiado fácil!