13 diciembre 2017
La Comisión de Desembalse celebrada recientemente por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para informar de la situación de las reservas de agua en la cuenca y los distintos escenarios que se plantean de cara al próximo año no han variado sustancialmente las previsiones de las dotaciones de que dispondremos para el riego la campaña de 2018.
Durante la reunión, como ya se hizo en el pleno de finales de octubre, se informó sobre estado de las reservas hidráulicas de agua de la cuenca general y del Sistema de Regulación General (destinado al regadío), y que se sitúan al 31,55%, y al 26,07% respectivamente.
Igualmente, desde la Oficina de Planificación Hidrológica, se trasladaron los posibles escenarios a los que nos enfrentamos los regantes de cara a la próxima campaña de riegos, en cuanto a las dotaciones que tendremos en función de las precipitaciones que se registren hasta el 1 de mayo de 2018. Una previsión que se ha realizado teniendo en cuenta la serie de aportaciones y el cálculo estadístico del periodo 1980-2012, y que resumimos a continuación.
Casi un mes y medio después del anterior balance y ante las pocas lluvias recibidas en el otoño, las previsiones son prácticamente iguales y no han modificado las dotaciones que previsiblemente se asignarían para la campaña de riego de 2018.
Así, en el caso de que tengamos un año muy seco, con apenas aportaciones a los embalses, solo se concedería del orden de 1.000 m3/ha, para un riego de supervivencia, como ya ocurriera en la sequía de los años 90 del pasado siglo. Esta dotación, al menos, estaría asegurada al 100%, según la CHG.
En el caso de tener un año seco, que es el escenario que tuvimos el año pasado, las dotaciones serían de unos 2.000 m3/ha, con una probabilidad de que esta situación ocurra del 70%, un 5% menos que en el anuncio que se hizo en la anterior Comisión de Desembalse.
Por otra parte, si se desarrollara un año normal o medio, la dotación de riego alcanzaría del orden de los 4.000 m3/ha, ofreciendo, por tanto, un riego deficitario, aunque la probabilidad de que esto suceda se reduce hasta el 50%.
Por último, en el escenario más optimista, alcanzando un año lluvioso o húmedo con importantes lluvias y aportaciones a los embalses de la cuenca, nos encontraríamos con una dotación de riego normal, que suele alcanzar los 6.000 m3/ha. Hay que recordar que la dotación aprobada en la pasada campaña fue de 5.500 m3/ha. No obstante, la probabilidad de alcanzar las reservas necesarias para esta dotación es sólo del 20%, según los datos de la serie histórica de 1980-2012.
En definitiva, como ya hemos venido comentando en noticias anteriores, el escenario que se presenta de cara al próximo año es complicado, por lo que insistimos en la necesidad de ser precavidos y apostar por una planificación de cultivos conservadora, que priorice los cultivos de baja demanda de agua.