25 septiembre 2020
Durante el pasado mes de agosto, se ha procedido a bajar el nivel de algunas balsas con el objetivo de aplicar una de las estrategias que se han demostrado más eficaces contra el mejillón cebra: la desecación. Este mes es el idóneo para ello por las altas temperaturas, ya que al quedar sin agua y expuestos los ejemplares de mejillón cebra adulto a estas temperaturas, mueren. Evidentemente, en esta época no podemos vaciar completamente las balsas, ya que esto obligaría a interrumpir el servicio y afectaría a los riegos, se trata de dejarlas en el mínimo nivel posible sin que la explotación se vea afectada, pero pudiendo acabar con la mayor colonia posible de mejillones cebra. Éstos aparecen en su fase adulta, en los pliegues de la lámina de polietileno que reviste la balsa, en las sogas de evacuación (auxilio en caso de caer a ella), en las rampas de acceso y en los puntos singulares de hormigón (obra de llenado y de toma).
La balsa III es, sin duda, la que estaba en esta ocasión más afectada por la presencia de esta especie invasora. Se han visto muchos ejemplares adultos y además de un tamaño importante. En la balsa V, también se ha detectado presencia de individuos adultos, aunque no tan destacada como en la III. Y finalmente la balsa VII ha sido la menos afectada, siendo la única a la que se le había aplicado tratamientos con pinturas antifouling en algunos de estos puntos donde suelen aparecer, confirmando así la eficacia de esta técnica.
Los trabajos de desecación practicados se han aportado al proyecto Invarega, liderado por Feragua, y que está estudiando la eficacia de diferentes métodos químicos y físicos contra las especies invasoras.