4 junio 2017
Los briozoos es una de las especies invasoras que más está afectando a las instalaciones de riego de nuestros regantes en los últimos años, y de hecho se ha convertido en un problema especialmente serio ante las dificultades que presenta para poder erradicarlo de nuestras conducciones y sistemas de filtrado. Esta especie, que se desarrolla en aguas quietas, es traída constantemente por el agua del río Guadalquivir, y aunque aparece durante todo el año, crece de manera exponencial durante la Campaña de Riegos, precisamente cuando los caudales son mayores. De hecho, y según hemos podido comprobar con la instalación de testigos, durante el verano son capaces de colonizar el 100% de las infraestructuras, desapareciendo solos al final de la campaña, pero apareciendo otra vez al siguiente año a través de los estatoblastos (crías de briozoos) que liberan y que soportan las condiciones del invierno.
Así, es muy complicado combatirlos a través de un tratamiento químico que los erradique de manera definitiva, por lo que sólo nos queda desarrollar otras actuaciones que minimicen al máximo su impacto, como ya venimos haciendo en los últimos años. Entre estas medidas, puede destacarse la realización un seguimiento permanente de las instalaciones de riego para detectarlos y actuar lo antes posible, el desarrollo de trabajos de limpieza en los filtros y arquetas y la generación de grandes velocidades para su arrastre y expulsión. Otras medidas son habilitar puntos de inspección del interior de la red de tuberías para su detección y seguimiento, asegurar el vaciado de agua en balsas y redes, posibilitando su secado completo, y la limpieza constante y tratamientos con pinturas anti-fouling de las arquetas de las balsas.