23 noviembre 2017
La inscripción de un derecho histórico bajo criterios y parámetros actuales: ese es el sinsentido que pretende el Ministerio con el procedimiento previsto para el Registro de Aguas. La Administración está subvirtiendo el sentido meramente administrativo de este procedimiento, exigiendo a comunidades como el Valle un procedimiento de inscripción totalmente inadaptado a derechos históricos. Lo que tendría que haber sido una regularización de oficio por parte de la administración se convierte en una obligación revertida hacia las comunidades.
La inscripción de derechos históricos con condicionantes actuales es un absurdo y una modificación radical del sentido del procedimiento. La única buena noticia es que el Ministerio ha desligado la inscripción del reconocimiento de los derechos privados particulares de los regantes sobre las aguas subterráneas, actuando en consonancia con lo que había establecido la Abogacía del Estado.